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"Es necesario un sistema de pensiones que tenga en cuenta la evolución demográfica de nuestro pais"

Mercedes Ayuso aboga por un sistema que se adapte a esta realidad, y que se desarrolle conjuntamente con los sistemas privados.

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"Es necesario un sistema de pensiones que tenga en cuenta la evolución demográfica de nuestro pais"

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Mercedes Ayuso (*vid. infra) es una de las integrantes del Foro de Expertos de Mi Jubilación, iniciativa del Instituto BBVA de Pensiones. La experta defiende, en esta entrevista, un sistema de pensiones que tenga en cuenta la evolución demográfica de nuestro país y que permita adecuarse con la mayor facilidad posible a los cambios que se están produciendo en la estructura de población en España. Unos cambios que llevan a una cada vez mayor esperanza de vida, que en 20 años se situará en casi 82 años en los hombres y más de 88 en las mujeres.

Desplazar la edad de jubilación no debe ser la única respuesta, pues de tomarlo así, habría que llevarla más allá de los 70 años, razón por la que es defensora del recientemente aprobado factor de sostenibilidad para el cálculo de las pensiones públicas. Eso sí, considera que el esfuerzo que se está realizando para hacer sostenible nuestro primer pilar del sistema de Seguridad Social no debe ensombrecer las posibilidades que, por otro lado, ofrece el desarrollo del  segundo y tercer pilar, y aboga por el desarrollo conjunto de los tres.

Aunque no cree que haya riesgo de pobreza en la jubilación, ni siquiera entre las mujeres, que son más longevas ("su mayor incorporación en el mercado laboral repercutirá obviamente en un mayor número de perceptoras de pensiones de jubilación", dice), reconoce en esta entrevista que la tasa de sustitución de las pensiones con respecto al último salario bajará.

¿Hasta dónde llegará el envejecimiento de la población mundial, y en concreto de la española, en los próximos 20 años?

Es una pregunta difícil de responder y en ninguno de los casos se puede contestar de manera generalizada, dada las diferencias socioeconómicas y sanitarias que existen entre los países desarrollados y los menos desarrollados o en vías de desarrollo. En cualquier caso, las proyecciones de la esperanza de vida (indicador que nos muestra el número medio de años que se espera viva un individuo desde que nace hasta su fallecimiento) nos muestran cifras que no dejan de crecer. En este sentido, para los próximos 20 años, siguiendo las cifras publicadas por Naciones Unidas, se espera que en España las personas vivan aproximadamente 85 años, tres años más de lo que se observa en la actualidad. Los hombres se espera que vivan en término medio 81,6 años (2,8 años más de la cifra observada actualmente) y las mujeres 88,1años (2,9 años más). Y nuestra esperanza de vida seguirá siendo superior a la observada de manera agregada para Europa, donde se proyecta una esperanza de vida al nacer de 79,2 años en los próximos 20 años (75,6 años para los hombres y 82,8 años para las mujeres).

Con estos datos sobre la mesa... ¿es el retraso de la edad de jubilación una buena respuesta a los retos que afronta el sistema de pensiones? ¿hasta qué nivel debería retrasarse para hacerlo sostenible?

Ha sido una respuesta necesaria y en línea con otros países de nuestro entorno en los que también existen sistemas de reparto. La tasa de dependencia, que relaciona el número de personas en condiciones de recibir la prestación de jubilación y el número de cotizantes al sistema de Seguridad Social ha disminuido desde 6,27 en 1971 (más de seis cotizantes por cada pensionista) a la cifra actual estimada en 3,74 (menos de cuatro cotizantes por cada pensionista). Si cada vez hay más población en la franja de edad susceptible de percibir la pensión de jubilación respecto a la población cotizante (y eso es lo que se espera viendo la evolución de indicadores demográficos relevantes en nuestro país, como la baja tasa de natalidad y la aparición de saldos migratorios negativos), una forma de proceder es retrasar la edad de jubilación para conseguir un mayor equilibrio entre ambos grupos poblacionales, los cotizantes y los pensionistas. No obstante, desde mi punto de vista, y como así está siendo, no ha de ser la única respuesta, pues podría hacer desplazar la edad de jubilación hasta cifras superiores a los 70 años de tomarla como la única medida.   

¿Cuál sería el sistema de pensiones adecuado para la tendencia de longevidad que han estudiado? ¿Qué pilares habría que reforzar en el caso español?

La respuesta es clara: debe tratarse de un sistema de pensiones que tenga en cuenta la evolución demográfica de nuestro país, que permita adecuarse con la mayor facilidad posible a los cambios que se están produciendo en la estructura de población en España. Las reformas llevadas a cabo en 2011 y 2103 ya apuntan en este sentido. De hecho, el factor de sostenibilidad recogido en la reciente ley de 2013, y que entrará en vigor en 2019, incorpora en el cálculo de la pensión la esperanza de vida de los individuos en busca de una equidad intergeneracional. El objetivo es que dos individuos que se jubilan en diferentes momentos del tiempo pero que han seguido una carrera idéntica de cotizaciones dispongan del mismo monto global de pensión, independientemente del momento del tiempo en que se jubilen.

El esfuerzo que se está realizando (y que se seguirá realizando) para hacer sostenible nuestro primer pilar del sistema de Seguridad Social no debe ensombrecer las posibilidades que, por otro lado, ofrece el desarrollo del  segundo y tercer pilar, los planes de pensiones ocupacionales o de empleo, y los planes de pensiones individuales. Y cuidado, no me refiero a que los dos segundos sustituyan al primero; me refiero a las posibilidades que puede llegar a ofrecer el desarrollo conjunto de los tres. Lo que ocurre es que en un contexto económico como el actual puede resultar difícil potenciar sistemas previsionales de ahorro individual, igual que puede ser más complicado potenciar sistemas ocupacionales en un país con una proporción tan elevada de pequeñas y medianas empresas. Y es ahí donde tenemos que seguir trabajando, sobre todo haciendo llegar a la sociedad las características de este tipo de sistemas previsionales y sus amplias posibilidades de desarrollo e implementación. El elevado número de años que los individuos van a pasar (y ya pasan) en su etapa de jubilación hace que cualquier potenciación de los sistemas de ahorro a largo plazo deba ser bienvenido.

¿Cómo debería estructurarse el pilar central de los ingresos para la jubilación: beneficio definido o contribución definida, de capitalización individual o de reparto, público o privado...?

No creo que haya un sistema perfecto. Todos tienen sus puntos a favor y sus puntos en contra. Por eso hay que tener muy claro cómo pueden verse afectados cada uno de ellos por los cambios demográficos y la situación económica de un país en los diferentes momentos del tiempo. Nuestras pensiones se fundamentan en un sistema de reparto de prestación definida, dependiendo de forma directa del equilibrio entre la población activa y la población pasiva (y la esperanza de vida de ésta, es decir, el número de años de vida a partir de la jubilación). Evidentemente también depende de las diferentes variables macroeconómicas (como los ingresos al sistema dependiendo del volumen de cotizaciones, ...) pero a mí me gusta insistir en el impacto de los fenómenos demográficos. De ahí la importancia de incluir variables biométricas, como la esperanza de vida (u otros indicadores actuariales), en el cálculo de la pensión.

¿Son partidarios de incentivar una jubilación más tardía?

El aumento en la edad de jubilación es una de las hipótesis cada vez más defendida en la literatura actual de pensiones. La razón fundamental para abogar por esta hipótesis se centra en el cálculo de la denominada edad prospectiva, es decir, la edad para la que la esperanza de vida en el momento de la jubilación se mantiene constante a lo largo del tiempo. Y dicha edad es creciente, si tenemos en cuenta el comportamiento predicho para la esperanza de vida que comentábamos en la primera pregunta. El buen estado de salud en el que pueden encontrarse los individuos en el momento de la jubilación es la base fundamental de esta aproximación (podrían encontrarse en condiciones suficientes de alargar su vida laboral). Desde mi punto de vista existen indicadores que pueden ayudarnos a avanzar en esta línea de trabajo, como la esperanza de vida en salud o la esperanza de vida libre de discapacidades para los individuos que alcanzan la edad de jubilación, pero dichos indicadores podrían no ser suficientes analizados individualmente (sin incluir, por ejemplo, el tipo de actividad laboral desarrollada por la persona).

¿Hay algún sistema de algún país que se pueda poner como modelo?

Cada país tiene sus características económicas y demográficas propias y ello dificulta seleccionar  un sistema de pensiones como sistema modelo. Hay un sistema seleccionado de manera reiterada por los estudiosos de pensiones en nuestro país, que es el sistema sueco. Se trata de un sistema también de reparto pero en lugar de ser de prestación definida es un sistema de contribución definida. En este sistema se tiene en cuenta una articulación conjunta de los tres pilares, siendo el Estado el máximo órgano de control. Son sistemas más sencillos de adaptar a las transiciones demográficas que puedan producirse a lo largo del tiempo. 

Teniendo en cuenta la longevidad... ¿existe riesgo de pobreza en la jubilación? ¿Es ese riesgo mayor para las mujeres que para los hombres?

No creo que exista riesgo de pobreza en la jubilación. Lo que sí que creo es que la tasa de sustitución, es decir, el porcentaje que representa la pensión de jubilación respecto al último salario puede verse reducido (aunque no nos olvidemos de que actualmente España posee unos de los porcentajes más elevados en relación a los países de nuestro entorno). Esto quiere decir que aunque la cobertura de las necesidades básicas de vida esté garantizada, puede verse reducido el margen de maniobra para el seguimiento de determinados hábitos de vida adquiridos durante la vida activa del individuo. Es por ello que ha de facilitarse al futuro jubilado toda la información necesaria sobre la jubilación que le corresponderá de manera que pueda optar a la contratación de otros sistemas previsionales si lo considera oportuno.

¿Las mujeres y los hombres? Es un enfoque que no suele presentarse en el debate sobre pensiones. Los cálculos se realizan tradicionalmente utilizando esperanzas de vida de manera conjunta para hombres y mujeres, sin tener en cuenta sus diferentes probabilidades de vida. Las mujeres son más longevas por lo que estarán un mayor número de años cobrando pensiones. Pero durante muchos años únicamente han sido perceptoras de la pensión de viudedad. Ahora, su mayor incorporación en el mercado laboral repercutirá obviamente en un mayor número de perceptoras de pensiones de jubilación (o de ambas, jubilación y viudedad, si tenemos en cuenta la posible concurrencia de ambas pensiones).

(*) Mercedes Ayuso, catedrática de Estadística Actuarial por la Universidad de Barcelona, es Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales (Premio Extraordinario) y Actuaría de seguros. Full member del grupo de investigación del Riesgo en Finanzas y Seguros (Riskcenter-UB). Entre sus líneas de investigación más relevantes destaca el análisis del riesgo de longevidad y dependencia, temas sobre los que ha publicado en la principales revistas científicas nacionales e internacionales.

Ha dirigido diferentes proyectos públicos del Ministerio de Economía y Competitividad. Miembro del Comité de Expertos nombrado por el Gobierno para la definición del factor de sostenibilidad del sistema público de pensiones. Ha comparecido en diversas ocasiones ante la Comisión no permanente de seguimiento y evaluación del Pacto de Toledo del Congreso de los Diputados (Gobierno de España). Coordinadora del Máster Oficial en Ciencias Actuariales y Financieras de la Universidad de Barcelona y Co-directora del Máster en Dirección de Entidades Aseguradoras y Financieras de dicha Universidad.

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Comentarios

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Javier 06 de octubre de 2014 | 22:22
Mi opinion es que las pensiones se deberian pagar desde la misma caja comun que se pagan todos los demas gastos del estado, como la Sanidad, y punto, no hay mas que discutir.
Instituto BBVA de PENSIONES 07 de octubre de 2014 | 17:54

Estimado Javier,

bienvenido a Mi Jubilación y gracias por compartir tu opinión.

Recibe un cordial saludo.