Estas son algunas de las conclusiones de la intervención de Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, en unas jornadas que han sido organizadas por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), el Observatorio de la Realidad Financiera (Orfin) y la Universidad de Alcalá.
El envejecimiento de la población española es un proceso que lleva años agudizándose y que generará tensiones en el sistema. Según Arce, ese envejecimiento de la población española provocará un incremento muy sustancial de la ratio de dependencia (es decir, del porcentaje de mayores de 65 años sobre personas en edad de trabajar). El representante del Banco de España ha urgido a adoptar reformas ambiciosas en este sentido.
La reforma de las pensiones se presenta como una tarea urgente ante la próxima jubilación de la generación del “baby boom”, lo que supondrá un tsunami demográfico y laboral.
El Banco de España calcula que para mantener el nivel actual de las pensiones (tasa de beneficio actual de las pensiones) habrá que subir las cotizaciones sociales para el año 2050 en ocho puntos porcentuales. Alternativamente, si se desease no elevar más los costes laborales, se tendría que reducir más de un 10% las actuales prestaciones por jubilación.
El anterior cálculo aritmético parte de la base de que para 2050 habrá una tasa de empleo (*) del 80% (antes de la crisis no llegaba al 60%) y una tasa de dependencia del 58% (frente al 30,2% actual), la más alta de Europa, y “siempre y cuando que mantener el nivel de las pensiones no se hiciese recurriendo a un mayor déficit público”.
(*) tasa de empleo: cociente entre el número de personas ocupadas comprendidas en el rango de edad entre los 16 años y los 64 años, y la población total que comprende el mismo rango de edad (población en edad de trabajar).
Por ello, argumentó que las carreras laborales deberían ser cada vez más en función del aumento de la esperanza de vida, fomentando las capacidades que no se deterioran con la edad.
En su intervención, Arce ha destacado que los jóvenes son las víctimas de la actual crisis económica, a lo que habrá de sumarse “el ajuste fiscal que se deberá afrontar en los próximos años, y que recaerá en buena parte sobre sus hombros”.
Arce apuntó que “Los jóvenes presentan una tasa de empleo menor al resto de la población y una tasa significativamente mayor de individuos sin ingresos laborales, elemento clave a efectos de analizar la evolución de la desigualdad”, subrayando además que la pandemia ha aumentado la desigualdad generacional, ya latente antes de la crisis:
- En febrero de 2020 más del 30% de los menores de 30 años no tenían ingresos individuales (frente al 13% de la población total).
- Ese porcentaje se disparó diez meses después por encima del 35% ( frente al 20% en el conjunto de la población).
La renta mediana de los jóvenes ha pasado de casi 30.000 euros en 2007 a estar en el entorno de los 23.000 euros en 2018. La pandemia ha hundido aún más esta devaluación salarial.
