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Cuatro razones de peso para ahorrar para la jubilación

Hay muchas razones que invitan a preparar la jubilación desde el punto de vista financiero con suficiente antelación. Estos son cuatro argumentos que no puedes perderte

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Cuatro razones de peso para ahorrar para la jubilación

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No parece que queden muchos argumentos para sostener que no es preciso ahorrar para la jubilación. Al menos quienes aspiren a disfrutar de un retiro tranquilo. Vivimos cambios sociales y demográficos muy importantes que, en ningún caso, terminarán con las pensiones, pero sí desembocarán en prestaciones menos generosas que requieran ser complementadas por otras vías.

Paralelamente, ahorrar para la jubilación es probablemente uno de los objetivos de ahorro que a muchas personas más les cuesta llevar a cabo. Y la principal razón, por encima de la disponibilidad de recursos presentes, es la lejanía con la que muchas veces se percibe. Tendemos a desestimar esfuerzos que no desembocan en recompensas cercanas, y esto es lo que ocurre cuando te planteas comenzar a ahorrar con un horizonte temporal de tres o cuatro décadas: que te cuesta ver el retorno. Muchas son las razones que se pueden esgrimir en favor de planificar la jubilación. En esta ocasión, vamos a centrarnos en cuatro.

1. A mediados de siglo, la esperanza de vida se acercará a los 90 años

Cada vez vivimos más años y esto es sin duda una buena noticia. Pero esto tiene un impacto en la jubilación y no lo podemos obviar: vamos a vivir más años como jubilados, por lo que la planificación financiera de esta etapa debe ser más exhaustiva. A principios de los años 60, un trabajador se jubilaba a los 65 años y fallecía, en media, a los 70 años. Jubilaciones de 5 años eran perfectamente viables para el sistema. Actualmente, y aunque la edad de jubilación legal se incrementa, seguimos jubilándonos en el entorno de los 65 años, pero la esperanza de vida es de 81 años. Percibimos pensión y debemos gestionar nuestro ahorro durante más de tres lustros. En pocas décadas, y aunque nos jubilemos más tarde, viviremos más de 20 años como jubilados.

Para hacer frente a esto, los sistemas de pensiones empiezan a indexar la cuantía de las pensiones a la evolución de la esperanza de vida: dado que vamos a percibir pensión durante más años, la cuantía mensual se verá reducida. Un argumento importante para plantearse ahorrar.

El futuro de las pensiones: Al vivir más años, la pensión mensual será menor para que la prestación global de dos personas que contribuyen lo mismo pero se jubilan en momentos diferentes sea la misma.

2. Riesgo de dependencia

Pese a los avances médicos, es de esperar que el hecho de vivir más años incremente las situaciones de dependencia y el coste derivado del cuidado de enfermedades relacionadas con la longevidad. En España se cuenta con un sistema sanitario universal y avanzado, así como con una Ley de Dependencia para ayudar a personas que necesitan de la ayuda de terceros por falta o pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial. Sin embargo, en muchas ocasiones los costes superan las prestaciones y es la familia la que asegura el bienestar de los dependientes.

La dependencia entra, por tanto, en la ecuación de la planificación de la jubilación como una nueva variable a tener muy en cuenta.

3. Caída de la tasa de sustitución

España cuenta con una pensión pública de las más generosas entre los países de la OCDE en relación al último salario del trabajador. En media, un jubilado percibe como pensión un 80% de su último salario. Sin embargo, todos los estudios y proyecciones a futuro de las reformas recientemente implementadas apuntan a que esta generosidad se verá reducida en los años venideros. Es posible que esta relación entre pensión y salario, conocida como tasa de sustitución, haya decaído a mediados de siglo a niveles del 50%, en línea con la media de los países de la OCDE. La pensión pública perderá protagonismo en los ingresos de los jubilados, un hueco que deberán cubrir rentas procedentes del ahorro personal.

4. Jubilarse antes

Retirarse antes es también un anhelo de muchos trabajadores. Esto generalmente tiene un coste. Actualmente es posible jubilarse de forma voluntaria hasta dos años antes de la edad ordinaria siempre que se hayan cotizado al menos 35 años, pero la cuantía de la pensión se verá penalizada. También es posible cesar antes en el trabajo y seguir cotizando unos años a través de un convenio especial con la Seguridad Social, pero lógicamente habrá que abordar las cuotas de este convenio.

Por tanto, uno de los incentivos del ahorro para la jubilación sea el generar un ahorro que permita retirarse a una edad más temprana y dedicar el tiempo a otras ocupaciones más allá de la actividad laboral. Algo que podremos lograr sin demasiado esfuerzo con dos ingredientes: comenzar a ahorrar con la mayor antelación posible y ser muy constante con este compromiso de ahorro.  

 

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