Cada vez hay más tipos de colchones en el mercado y no siempre sabemos cuál es el mejor, o mejor dicho, cuál es el que más nos conviene. Hay algunos puntos que nos pueden ayudar a tomar una decisión.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es cómo dormimos: boca arriba, de lado o boca abajo. Si duermes de lado, lo más recomendable es un colchón con una firmeza media, que nos permita encontrar la posición adecuada y que el hombro se pueda hundir levemente en él. Si por el contrario elegimos las otras dos posturas, debemos optar por un colchón duro, que nos haga mantener la espalda recta.
El peso también es un elemento a considerar, puesto que a mayor peso, se recomienda más firmeza. Por el contrario, para las personas más delgadas puede ser suficiente un colchón más flexible y blando. De esta forma, el peso se repartirá mejor.
A la hora de elegir el colchón también influye si dormimos solos o acompañados. De hacerlo en compañía también tenemos que tener en cuenta el tamaño de la persona que duerme con nosotros para elegir de forma conjunta el colchón que más nos conviene a los dos.
Nuestro sueño también es un dato a considerar en nuestra elección. Hay personas que no se mueven en toda la noche, mientras que otras parece que están de excursión. Las tranquilas pueden optar por colchones más blandos, sin embargo, las inquietas debe elegir los que son más rígidos, puesto que no costará tanto darse la vuelta.
El clima donde vivamos también es un elemento a considerar. En las zonas más calurosas se recomienda elegir colchones de muelles, puesto que dan menos calor. Pero si vivimos en zonas frías los viscoelásticos, los de látex y los de espuma son la mejor opción.
