La fotografía es una actividad que seguro hemos practicado en más de una ocasión a lo largo de nuestra vida, y que nos ha ayudado a mantener vivos los recuerdos de aquello que hemos vivido y de aquellos con quien hemos compartido estas experiencias.
Pero, al margen de contemplar la fotografía como una actividad lúdica temporal, hemos de ser conscientes de que se trata de un ejercicio saludable para todos y, de forma especial, para los sénior.
Una de las ventajas principales es que la fotografía nos permite construir relatos visuales, a golpe de imágenes, ayudando a configurar historias que van más allá de la pura estética. Para ello, es necesario aprender a hacer buenas fotografías que sean capaces de relatar, de contar sin palabras, aquello que queremos comunicar.
Para empezar es necesario que conozcas la cámara que utilizas a la perfección. La verdad es que el mercado ofrece ahora aparatos que consiguen unas imágenes de gran calidad con un manejo muy sencillo. Y, después, hay que aprender a observar para poder descubrir aquellos encuadres, aquellos elementos que necesitamos para contar nuestra historia.
Si conseguimos hacerlo, la primera sensación que sentiremos será la emoción, lo cual nos ayuda a sentirnos satisfechos y contentos con el esfuerzo y el trabajo realizado. Esa sensación, además, contribuye a incrementar nuestra autoestima que, por otro lado, nunca viene mal. Conseguirlo siempre es más fácil a través de tareas que nos diviertan y, seguro, que la fotografía lo hace.
A nivel cognitivo, realizar fotografías contribuye a fijar la atención en determinados elementos y a reforzar la memoria. Es decir, nos ayuda a ejercitar el cerebro de manera que se mantenga activo. Además, estamos hablando de una actividad que requiere de atención, pero también de coordinación, lo que la convierte en adecuada para conseguir que los mayores consigan unos niveles de coordinación más efectivos que, sin duda, redundarán, después, en las actividades de su vida diaria, aportándoles más agilidad, no sólo mental, y una mayor capacidad de percepción de las cosas.
Cuando nos preparamos para captar una imagen somos conscientes de que podemos contar historias, pero en esa comunicación juega un papel muy importante la comunicación no verbal, es decir, los elementos que ayuden a trasmitir sin decir. Es, por eso, que esta actividad es, según los expertos, un ejercicio más que apropiado para incentivar la creatividad de las personas mayores.
Y como se trata de un ejercicio que los sénior pueden realizar en compañía, a modo de talleres incluso, esta creatividad se une al trabajo en equipo, que también reporta beneficios significativos para las personas de todas las edades.
