Las cervicales son siete vértebras ubicadas en la parte más alta de la columna vertebral, a la altura de la nuca. Los huesos, que están unidos mediante articulaciones, son los más pequeños de la columna y se pueden mover gracias a los ligamentos y la musculatura, permitiendo y soportando el movimiento de la cabeza.
Los daños y lesiones cervicales causan dolor en el cuello, que puede extenderse hacia la parte superior de la espalda o los hombros y limitar el movimiento del cuello. Pero también puede provocar vértigos, mareos y dolores de cabeza en general.
Principales causas del dolor cervical
- Esfuerzos físicos sin un calentamiento previo o movimientos bruscos de cuello o cabeza.
- Malas posturas como caminar o mantenerse encorvado, porque las vértebras soportan demasiado peso.
- El estrés o la tensión acumulada suele concentrase en la zona cervical.
- Llevar una vida sedentaria, como pasar muchas horas al día sentado y con una mala postura.
- Traumatismos o golpes.
- Artrosis cervical.
- Debilidad muscular.
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Consejos para el cuidado de las cervicales
Para prevenir las molestias cervicales, es importante que tengas en cuenta los siguientes aspectos:
- Duerme en una posición correcta, de lado mejor. Además, debes elegir una buena almohada, que permita que la columna esté recta.
- Lleva unos hábitos de vida saludables y, sobre todo, realiza ejercicio de manera periódica. Y no te olvides de estirar y fortalecer la zona del cuello. Para ello, hay unos sencillos ejercicios: gira suavemente tu cabeza de un lado hacia el otro, agacha la cabeza tratando de tocar con la barbilla el pecho y lleva la cabeza hacia atrás. Puedes forzar el movimiento, sin llegar a sentir dolor, empujando la cabeza con la mano para tensar las posturas.
- Procura no pasar demasiado tiempo cosiendo, planchando, frente al ordenador, etc. Las actividades que obligan a mantener el cuello flexionado causan problemas cervicales.
- Si el carro de la compra pesa mucho, llévalo delante y no detrás tirando de él. Así tensarás menos las cervicales.
- Cuando vayas al cine o te sientes a ver la televisión, la espalda debe estar lo más recta posible y tener la cabeza apoyada, nunca en el aire.
En definitiva, debes esforzarte por mantener siempre una postura correcta. Para ello, aprieta el abdomen y alinea tu columna con la espalda recta y los hombros hacia atrás. Para aprender, coloca un libro sobre tu cabeza y camina sin que se te caiga. Lo ideal es que logres mantener la postura de forma natural y sin tener que esforzarte, tanto si estás caminando como si estás parado o sentado.
Si sientes dolor muscular, puedes aplicar frío para reducir la inflamación y después calor para mejorar la contractura. También puedes darte un masaje a ti mismo, presionando suavemente con los dedos de las manos a ambos lados del cuello haciendo movimientos circulatorios. Sigue hacia abajo hasta llegar a la base de la columna y repite. Si el dolor cervical persiste, acude al fisioterapeuta para que te quite la contractura con un masaje.
