Al igual que periódicamente pasamos el polvo a la casa o cambiamos el aceite al coche, los ordenadores de sobremesa y, en menor medida, los portátiles, también necesitan sus cuidados y limpieza para optimizar el rendimiento y evitar futuros problemas, sobre todo en verano, cuando los equipos sufren de sobrecalentamiento.
Pero no basta con limpiar el ordenador por fuera, ya que resultaría como barrer el suelo de una habitación: se pueden tener limpias aquellas zonas que están a la vista, pero si se mira debajo de la cama o se mueve un mueble es posible que encontremos alguna pelusa que otra.
El primer paso, por tanto, para poner nuestro ordenador a punto será apagar el equipo y desenchufarlo de la corriente. A continuación, esperaremos cinco minutos para que se descargue la electricidad estática acumulada. De este modo, podremos trabajar sin correr ningún peligro.
Torre
Para limpiar la torre, desconéctala de todos los dispositivos eléctricos. A continuación, abre la tapa lateral con un destornillador y comienza con la tarea de limpieza, que puede ser superficial o profunda, si te atreves a desmontar los componentes. Con un pincel pequeño o una brocha de maquillaje puedes atrapar las pelusas que alcances a ver. Cuando el polvo quede concentrado en un rincón, retíralo con una pequeña aspiradora. Los bastoncillos de los oídos y un cepillo de dientes pueden ser también de gran utilidad para llegar a los huecos más pequeños.
En el caso de los portátiles, el polvo impide que los componentes se enfríen, generando una gran cantidad de calor. Para evitar que esto suceda, existen en el mercado unas bases de refrigeración por aire que ayudan a mantenerlos en su temperatura óptima.
Teclado
El teclado es, junto al ratón, el dispositivo que más suciedad acumula, ya que son las piezas más expuestas. Para el día a día, se recomienda pasar un paño suave humedecido con agua o con un limpiacristales común por su superficie. Pero hay un pequeño problema, el teclado está lleno de pequeñas ranuras por donde se cuela todo.
La manera más fácil y rápida de limpiarlo, quién no lo ha hecho alguna vez, consiste en darle la vuelta con las teclas hacia abajo y sacudirlo contra la mesa para que los restos de comida, pestañas y pelusas caigan. Si eres mañoso, para una limpieza en profundidad puedes proceder a quitar todas las teclas. Ahora bien, acuérdate de dónde iba cada una. Pero si sigues los consejos anteriores y llevas una higiene periódica, no será necesario que juegues al mecano con el teclado.
Pantalla
No utilices productos para limpiar cristales, porque si no es de cristal puedes quemar la pantalla de tu ordenador. Mucho más sencillo: toallitas húmedas o impregnadas con un limpiador específico, que puedes adquirir en cualquier tienda especializada. Después, debes secar la pantalla con un trapito que no suelte pelusas. Y como siempre es mejor prevenir, utiliza un plumero o similar para evitar la acumulación de polvo.
Ratón
Los ratones ópticos actuales no suelen ser víctimas de la suciedad, más allá de tener que limpiar periódicamente la carcasa y la superficie en la que se encuentra el sensor. Los ratones de bola, ahora en desuso, suelen acumular polvo alrededor de la bola, lo que puede hacer que esta se atasque con facilidad y no corra bien. Si no queremos que esto pase, la solución es sencilla. Abrimos la tapa, sacamos la bola y limpiamos la suciedad acumulada en los rodillos. ¡Listo!
