Como ya se ha mencionado en posts anteriores, dada la importancia que tienen los cuidados familiares (informales) dentro del sistema de cuidados de larga duración en España, en particular, y en Europa, en general, un aspecto relevante a la hora de analizar el papel que tienen dichos cuidados es la intensidad y la frecuencia con la que se prestan. Por ello, en este post describiremos cuánto tiempo y con qué frecuencia se prestan cuidados informales en España y las diferencias existentes en función de los principales factores que lo determinan.
Antes de entrar a analizar cifras, es preciso que el lector diferencie entre el concepto de intensidad y frecuencia del cuidado familiar. Aunque si bien es cierto que ambos conceptos guardan una estrecha relación entre sí, es importante señalar que no son exactamente lo mismo. Cuando hablamos de intensidad de los cuidados nos referimos a cuánto tiempo (horas medias al día, a la semana o al mes) las familias dedican a prestar dichos cuidados. Por su parte, la frecuencia con la que se prestan los cuidados hace referencia al número de veces que la persona en cuestión presta cuidados informales a su familiar (por ejemplo, a diario, una, dos, tres…, veces a la semana o al mes, etc..).
Según los datos que proporciona la OCDE, España es uno de los países europeos que más destaca no solo por la alta intensidad en las horas de cuidado familiar que presta, sino también por la elevada frecuencia del mismo. Así, más del 72% de los cuidadores informales prestan cuidado diariamente en España, mientras que el restante 18% lo hacen semanalmente. Para que el lector se haga una idea más clara sobre la magnitud de estas cifras, algunos países vecinos como Reino Unido, Austria, Países Bajos o Dinamarca, el porcentaje de cuidadores que prestan cuidados diariamente no supera el 30%.
Si pasamos a estudiar cifras más concretas sobre el grado de intensidad y frecuencia de los cuidados en nuestro país, según los últimos datos disponibles por la Encuesta de discapacidad, autonomía personal y situación de dependencia-EDAD, las familias que prestan cuidados a personas dependientes en España dedican, en media, 11,86 horas al día. Sin embargo, la intensidad del cuidado varía significativamente en función del grado de dependencia que padezca la persona que recibe los cuidados. Así, las familias que prestan cuidados a personas con un grado de dependencia leve dedican en media 8,48 horas al día. Esta cifra asciende hasta las 11,60 horas al día si se cuida a una persona con dependencia moderada, 15,80 horas con dependencia severa o gran dependencia. Por lo que respecta a la frecuencia, en torno al 90% de las familias españolas prestan cuidados 6 ó 7 días a la semana, mientras que tan solo el 2% lo presta 1 día. Atendiendo al grado de dependencia, el 83% de los cuidadores de personas con dependencia leve, dedican entre 6 y 7 días a la semana, el 92% en el caso de cuidar a una persona con dependencia moderada, 95% en el caso de dependencia severa o gran dependiente.
De igual modo, la intensidad del cuidado prestado difiere en función de si el cuidado lo presta la persona cuidadora principal o la/las personas cuidadora(s) secundaria(s). Así, las personas cuidadoras principales acaparan más del 72% del total de horas de cuidado que las personas con dependencia reciben, mientras que el 28% restante es prestado por el resto de personas cuidadoras.
Asimismo, la intensidad del cuidado difiere de manera importante según las características sociodemográficas de las propias personas cuidadoras. En primer lugar, el género de la persona cuidadora es muy relevante. Así, las mujeres cuidadoras (las cuales suponen casi el 63% del total de personas cuidadoras) dedican en media 12,18 horas diarias de cuidado, mientras que los hombres cuidadores dedican 10,77 horas diarias de media. La situación laboral de la persona cuidadora también es un factor clave a la hora de analizar el tiempo de cuidado. Así, las personas cuidadoras que combinan un trabajo remunerado dedican en media 10,87 horas al día de cuidado, frente a las casi las 15 horas que prestan los cuidadores cuya actividad principal son las labores del hogar. De igual modo ocurre con el nivel de educación: las personas cuidadoras sin estudios prestan en media más tiempo de cuidado (13,24 horas de cuidado diario) que las personas cuidadoras con estudios superiores (10 horas). Por su parte, las personas cuidadoras más jóvenes (menores de 30 años) prestan en términos medios 9 horas de cuidado diario, mientras que esa cifra asciende a las 15 horas cuando se trata de personas cuidadoras mayores (entre 60 y 80 años de edad).
Finalmente, cabe señalar que la naturaleza de la tarea del cuidado también es otro condicionante de la intensidad del mismo, estando condicionadas tanto el tipo de tarea como su intensidad por el tipo de enfermedad que ocasiona la dependencia. Así, en el caso de personas que padecen atrofia muscular espinal, las tareas dedicadas a la ayuda de movilidad acaparan más del 25% del tiempo total, seguido de las tareas de ayuda con la higiene personal y otras tareas de ayuda con la administración de medicamentos, las cuales acaparan alrededor del 17% del tiempo total, cada una de ellas. Sin embargo, en otro tipo de enfermedades crónicas como el ictus, en torno al 33% del tiempo de cuidado está concentrado en tareas de supervisión y acompañamiento.
(*) Juan Oliva, Luz Mª Peña Longobardo y Raúl de Pozo Rubio son profesores del Departamento de Análisis Económico y Finanzas de la Universidad de Castilla La Mancha. Su actividad científica está centrada en la economía y gestión de la salud, con especial interés en el impacto económico de las enfermedades, el uso de la evaluación económica aplicada a la toma de decisiones Y el análisis de los cuidados de larga duración.
(**) Exención de responsabilidad por opiniones de terceros Las opiniones y pareceres firmados por personas independientes dentro de este site se realizan a título personal, sin que BBVA ni cualquiera de las empresas del Grupo tengan que compartir necesariamente la totalidad o parte de las mismas.
