Portugal es un destino ideal para viajar en verano si no quieres hacer un trayecto largo. Su cercanía a España posibilita que en unas horas llegue a tu destino, bien en coche o transporte público y conozcas la riqueza del país vecino, que seguro te va a sorprender.
Si pasas tus vacaciones en Lisboa, disfruta la ciudad recorriendo su centro histórico. Contempla la vista desde el Castillo de São Jorge subiendo al mirador en tranvía para después bajar por las estrechas calles del barrio de Alfama. En el Largo do Chafariz de Dentro visita el Museo del Fado y, en el Terreiro do Paço, descansa en la plaza mirando al río. Entre abril y octubre se puede hacer un paseo en barco para apreciar la vista de Lisboa desde el Tajo.
Sube al Chiado en el Elevador de Santa Justa, diseñado por un discípulo de Eiffel, y pasea por la zona histórica de la Lisboa bohemia para hacer compras en el Barrio Alto, visitar el Museo de Arte Contemporáneo, entrar en la Iglesia de São Roque o descansar en el Mirador de São Pedro de Alcântara con vistas al Castillo. También puedes escaparte un día de la capital para recorrer la orilla sur del Tajo.
Al cruzar el puente Vasco da Gama, contempla la vista del espejo de agua de la Reserva Natural del Estuario del Tajo y recorre esta zona natural a bordo de la típica fragata “Alcatejo”, para ver la colonia de flamencos desde el barco. Saborea las tortas y el queso de Azeitão y prueba el Moscatel de Setúbal en las Bodegas de Azeitão, o disfruta de una cata de vinos en una de las de Vila Nogueira de Azeitão. Todas las opciones son más que apetecibles.
Cerca de la capital, en plena sierra, puedes visitar la mágica Sintra: pasear por los Parques de Monserrate y de la Pena, recorrer sus calles con casas y palacetes esparcidos por la ladera, entrar en el palacio de la Vila, cuyas grandes chimeneas cónicas destacan en el centro histórico, y subir al de la Pena, mezcla de estilos románticos.
En el Cabo de la Roca, el punto más occidental del continente europeo, disfrutarás de una bella panorámica sobre el mar.
En Belém podrás probar los famosos Pasteles de Belém y conocer dos obras del Patrimonio Mundial: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém.
En Pinhão, en la región de Porto e Norte, el paisaje del Alto Douro Viñatero está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se puede recorrer en un antiguo tren a vapor o en barco.
Si necesitas reposo, las estancias termales de Pedras Salgadas, Vidago y Chaves brotan naturalmente a 73º C, un fenómeno único en Europa del que tú también puedes disfrutar.
En el sur de Portugal, te recomendamos que no abandones el país sin visitar Évora, cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad, y si tienes ganas de playa conoce el Algarve o los archipiélagos de Madeira y Azores. El centro histórico de Angra do Heroísmo es patrimonio mundial de la UNESCO.
Portugal es un crisol de oportunidades turísticas. Más información:
