Mantener la mente y las manos ocupadas es importante, y hacerlo con una actividad que además nos guste, reporta múltiples beneficios para la salud. Máxime cuando se trata de personas que bien por su edad o por otras circunstancias tienen mucho tiempo libre durante el día o necesitan “desconectar” de lo rutinario.El bricolajes puede jugar aquí un papel importante.
Los expertos recomiendan este tipo de actividades para todo aquel que durante su jornada laboral realice un esfuerzo mental importante, a quien desarrolla un trabajo muy sedentario o poco creativo, a las personas ya jubiladas y a todo aquel que quiera comprobar cómo es capaz de materializar un proyecto por puro placer.
Las bondades de las actividades de bricolaje
El bricolaje no requiere de grandes esfuerzos físicos ni de grandes herramientas o espacios excesivamente extensos. En cambio, sí que requiere un gasto energético, lo que incita a elevar el metabolismo, mejora el estado de los huesos y el tono muscular. Y como requiere de atención y de creatividad, mejora también nuestra salud a nivel psíquico: ayuda a reducir el estrés y los episodios de ansiedad, potencia la capacidad de resolver problemas, desarrolla el ingenio y la satisfacción que se siente al conseguir realizar el trabajo iniciado.
El bricolaje obliga a estar atentos, a mantener la concentración en cada uno de los pasos que se van dando, y permite disfrutar del tiempo con algo que se ha elegido personalmente. En definitiva, es una actividad que te implica tanto física como emocionalmente, porque obliga a estimular los sentidos, aún sin quererlo.
Cómo iniciarse en estas manualidades
Lo más inteligente, como en otras facetas de la vida, es comenzar por algo cuya dificultad podamos enfrentar sin problemas e ir incrementando ese nivel de dificultad a medida que sea posible.
Los beneficios que reporta el bricolaje a quien lo practica son muchos y están refrendados por estudios científicos que así lo atestiguan. Por ejemplo, se ha demostrado que la práctica habitual del bricolaje puede reducir hasta en un 30 % la posibilidad de sufrir un infarto o incluso un ictus en las personas mayores de 60 años. Así lo confirman las conclusiones de un estudio llevado a cabo por el Hospital Universitario Karolinska, en Estocolmo, sobre las ventajas de realizar actividades como la jardinería y el bricolaje entre los mayores. De hecho, son muchos los centros de mayores que incluyen esta actividad en sus programas anuales con la intención de conseguir todos los beneficios que hemos citado y fomentando, al mismo tiempo, las relaciones sociales entre los usuarios.
Se trata de actividades que puede realizar cualquiera pero que, además, cobran una importancia especial si hablamos de personas mayores con patologías neurodegenerativas como el alzhéimer. En estos casos, el bricolaje y otros trabajos manuales contribuyen a reforzar la concentración y a retrasar el progreso de la enfermedad.
Vistas todas estas bondades, ¿te animas a iniciarte en el mundo del bricolaje?
