Compartir tiempo y espacio con otros realizando actividades lúdicas que, además de entretener, puedan sernos útiles para crecer en otros aspectos de la vida, es importante para todos y a cualquier edad. También para los mayores de la casa. De ahí que cada día sean más lo que se deciden por practicar juegos de mesa con personas de su edad, con amigos o con miembros de su familia de diferentes generaciones, lo que añade un plus a la actividad.
Juegos de toda la vida, más modernos, tecnológicos o no, pero juegos en definitiva para compartir y disfrutar, porque no existe una edad límite para dejar de participar en estas actividades, para dejar de jugar, si las características personales y particulares y la salud lo permiten.
De hecho, son muchos los estudios que han conseguido demostrar que los juegos, como los juegos de mesa, contribuyen a mejorar la calidad de vida y el estado general de salud de los mayores porque activan el cuerpo, pero también la mente.
En muchas ocasiones, los juegos de mesa son el punto de encuentro, el motivo de reunión de las personas mayores, forman parten de su rutina y les ayudan a romper con su posible soledad, a entablar relaciones y a ejercitarse tanto física como mentalmente para hacer frente a los retos que supone cada uno de los juegos que practican y comparten.
Se ha constatado que los juegos reducen la sensación de soledad, sentimiento que influye decisivamente en la calidad de vida de los mayores, pero además mejoran su estado de ánimo y la motivación interna que requiere el querer ganar cada partida.
Los juegos de mesa se presentan, según los expertos, como el instrumento adecuado para mejorar las habilidades comunicativas, las cognitivas y la percepción sensorial de todos, pero especialmente de las personas mayores. Incluso, en muchas ocasiones, facilita que aquellas personas que viven la jubilación con cierta incertidumbre y miedo se adapten con más serenidad a esta nueva etapa.
A tenor de lo dicho, parece claro que la actividad lúdica, en este caso los juegos de mesa, influyen en la salud de las personas y tienen consecuencias tanto físicas como sociales muy importantes.
En muchos centros de mayores y en numerosas terapias, se utilizan los juegos de mesa intentando fomentar, por ejemplo, la motivación de los usuarios y ayuda en sus procesos de recuperación. Los profesionales son conscientes de que estas actividades mejoran la movilidad y la agilidad, y estimula la percepción sensorial, ya que aumenta la atención y estimula los sentidos.
Aquellos juegos que se centran en preguntas y respuestas son más indicados cuando lo que se busca es ejercitar las habilidades cognitivas de los usuarios, ya que requieren cierto grado de aprendizaje y de memoria.
Y, evidentemente, se trate del juego que se trate, los juegos de mesa siempre favorecen la comunicación entre los propios jugadores, fomentando el contacto social de cada uno de ellos y facilitando que puedan mantener y reforzar sus redes sociales.
