Una de las claves para elegir un producto de ahorro es su fiscalidad. De ella dependerá, entre otras cosas, la rentabilidad financiero-fiscal, que no es otra cosa que la rentabilidad una vez deducidas las cargas tributarias.
Conociendo las claves de cada producto, podremos tomar decisiones óptimas que nos llevarán a minimizar la factura fiscal.
Tendremos presentes claves como:
- El único producto que permite desgravar en la renta las aportaciones es el plan de pensiones/plan de previsión asegurado.
- Los fondos de inversión permiten demorar el pago de impuestos hasta el momento final en el que los hagamos líquidos, ya que los traspasos están exentos.
- SIALP Y CIALP permiten no tributar siempre que las aportaciones anuales no excedan los 5.000 euros y pasen al menos 5 años desde la primera aportación.
- Los PIAS tienen grandes exenciones fiscales, mayores cuanto mayor es la edad de quien constituye la renta vitalicia.
- Al jubilarse, es importante establecer un orden de prelación de rescate de productos, comenzando por aquellos con fiscalidad más favorable, como fondos de inversión, y dejando planes de pensiones para momentos futuros y, preferiblemente, optando por rescate en forma de rentas.
