La Comisión Europea ha emitido su informe de recomendaciones sobre el pilar europeo de derechos sociales (Recomendaciones 2017/761), en base a los objetivos de la Unión recogidos en el artículo 3 del Tratado de la Unión Europea, entre ellos:
- Promover el bienestar de sus pueblos y trabajar en pro del desarrollo sostenible de Europa basado en una economía social de mercado altamente competitiva, tendente al pleno empleo y al progreso social.
- Combatir la exclusión social y la discriminación y fomentar la justicia y la protección sociales, la igualdad entre mujeres y hombres, la solidaridad entre las generaciones y la protección de los derechos del niño.
Para ello ha clasificado sus recomendaciones en tres capítulos:
Igualdad de oportunidades y de acceso al mercado de trabajo
Referido al derecho a acceder a una educación de calidad, a la igualdad de género en el mercado laboral, la igualdad de oportunidades con independencia del origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y políticas de apoyo para el empleo de jóvenes y desempleados.
Condiciones de trabajo justas
En cuanto a seguridad en el empleo, flexibilidad laboral y contratos justos, así como la existencia de salarios justos que garanticen un nivel de vida digno y la transparencia en los contratos tanto en el momento de la incorporación del trabajador como relativo a sus derechos en caso de un hipotético despido. Se fomentará también el equilibro de la vida personal y profesional y la participación de los trabajadores en el diseño y aplicación de políticas sociales y laborales.
Protección e inclusión social
Los trabajadores deberán gozar de un nivel de protección social adecuado, independientemente de que realicen un trabajo por cuenta propia o por cuenta ajena. Las prestaciones por desempleo deberán ser garantizadas por los servicios públicos de empleo y deberán incentivar el rápido reingreso en el mercado laboral.
Otros puntos de este apartado abordan cuestiones como: pensiones y prestaciones de vejez, sanidad, inclusión de personas con discapacidad, cuidados de larga duración, vivienda y asistencia para personas sin hogar y acceso a servicios esenciales.
Jubilación y vejez
La Unión Europea considera que “los trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia tienen derecho a recibir una pensión de jubilación acorde a sus contribuciones que garantice una renta adecuada. Las mujeres y los hombres deberán tener las mismas oportunidades para adquirir derechos de pensión.”
La sostenibilidad y la suficiencia de las pensiones es uno de los principales retos de los países desarrollados, para lo que han acometido reformas de distinto calado en sus sistemas de pensiones. España no es un caso aparte y en 2011 y 2013 se han aprobado reformas para adaptar las pensiones a la realidad que viene, fundamentalmente una población más longeva y por lo tanto un mayor gasto en pensiones.
No obstante, la suficiencia de ingresos en la jubilación es una tarea cada vez más apoyada en el propio trabajador, que deberá asumir un mayor protagonismo y planificar su jubilación con la mayor antelación posible. El primer paso para ello es contar con información: ¿Cuáles serán mis ingresos en la jubilación? ¿Qué nivel de vida quiero mantener? ¿Cómo cubrir la brecha entre ingresos y necesidades?
En relación a la información de los trabajadores sobre sus futuros ingresos en la jubilación, organismos como INVERCO abogaban ante la Comisión Europea por incorporar a este informe el derecho a la información de la futura pensión pública estimada de los ciudadanos por parte de los Estados Miembros, petición que finalmente no fue recogida por la Comisión.
