El colectivo de los trabajadores autónomos es, por sus peculiaridades profesionales, uno de los más vulnerables ante la jubilación. Los datos lo respaldan claramente: los autónomos causan, en media, pensiones de jubilación un 36% inferiores a las que causan los trabajadores por cuenta ajena. Según datos del propio Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), la pensión media de un asalariado ronda los 1.100 euros, mientras que la de un autónomo apenas supera los 700 euros. Pero dentro de este grupo de trabajadores por cuenta propia hay un colectivo menos favorecido, y es el de las mujeres: según datos de Uatae, la pensión media de una mujer trabajadora por cuenta propia es de poco más de 550 euros, frente a la pensión media de los hombres, de 764 euros. Las mujeres suponen un tercio de todos los trabajadores por cuenta propia.
¿Por qué las mujeres autónomas son las que menores pensiones de jubilación causan? Se unen dos factores: las peculiaridades del RETA y las condiciones de trabajo y cotización de las mujeres.
Las cotizaciones de los autónomos
Los trabajadores por cuenta propia cotizan al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), con la particularidad de que pueden elegir libremente la base por la que cotizan, con matices, dado que a partir de los 47 años existen restricciones al incremento de la base. Y la gran mayoría de los autónomos deciden cotizar voluntariamente por la base mínima que supone un menor coste mensual pero lógicamente genera pensiones de menor cuantía. A este respecto, existe el debate sobre la idoneidad de que los autónomos coticen por sus ingresos reales, una opción que el Gobierno ha anunciado que se dispone a estudiar.
Por otro lado, la carrera de cotización de los autónomos tiende a ser más irregular que la de los asalariados, por la propia naturaleza que tienen este tipo de trabajos, que muchas veces se desarrollan por proyectos delimitados en el tiempo. Tampoco existe una protección por desempleo equiparable a la del Régimen General, en la que los trabajadores pueden percibir hasta 24 meses de prestación que, además, cotiza para la jubilación.
Además, el RETA cuenta con una peculiaridad: los periodos sin cotización que sean computables para el cálculo de la pensión computan por base cero, a diferencia de lo que ocurre en el Régimen General, donde las lagunas de cotización se integran por bases mínimas o por el 50% de las bases mínimas. Esta ausencia de integración de lagunas penaliza considerablemente la pensión de muchos autónomos.
Particularidades en la vida laboral de las mujeres
Las mujeres trabajadoras causan pensiones inferiores a las de los hombres, concretamente entre un 25% y un 38% menores. Dos factores lo explican:
- La brecha salarial: Esta brecha, según datos de la Comisión Europea, es del 16% entre los países miembros. En España se incrementa al 20%. Dado que el sistema de pensiones se rige por el principio de proporcionalidad contributiva, a menor cotización, menor será la pensión causada.
- Las carreras de cotización: El sistema de pensiones en España tiende a premiar carreras de cotización largas y constantes, que son más frecuentes en el hombre que en la mujer. Estas últimas se ven penalizadas con mayor frecuencia por interrupciones en su vida laboral derivada de la necesidad de ocuparse del cuidado de hijos o familiares y de la mayor parcialidad en lo que a tipos de contrato se refiere. La tasa de temporalidad de los hombres en España es del 7,8% mientras que en las mujeres es del 25,3%.
Estas cuestiones ponen de manifiesto la necesidad de abordar medidas en distintos ámbitos para paliar todos estos factores que hacen de las mujeres, especialmente las trabajadoras por cuenta propia, un colectivo especialmente vulnerable al jubilarse.
