A lo largo de estos últimos años los seguros de ahorro han ido ganando peso relativo en el escenario de la previsión en España, erigiéndose cada vez más como una excelente opción, una solución eficaz y segura de cara a planificar y construir un ahorro para la jubilación.
Fundamentalmente estos productos se sustentan sobre la base de tres pilares:
Garantía
Proporcionan certidumbre en relación a la garantía que ofrecen, en un contexto de notable volatilidad y fluctuación en los mercados financieros.
Fiscalidad muy atractiva
Brindan interesantes incentivos fiscales, que se concretan en función del producto específico de que se trate en: deducciones de las aportaciones en la base imponible del IRPF, en la exención en los rendimientos generados,…
Complementariedad
Actúan de forma complementaria al sistema público de pensiones, ante el horizonte de un entorno cada vez más tensionado por el envejecimiento progresivo de la población española.
Sobre estas premisas la oferta de seguros de ahorro es capaz de dar respuesta a las situaciones específicas de cada individuo, facilitando la alternativa que mejor se adapta a su realidad: a su situación personal, edad, cargas familiares, horizonte hasta la jubilación, fiscalidad, necesidades de liquidez…
Así, existen soluciones aseguradoras que facilitan la construcción “a futuro” del ahorro (fase de acumulación del ahorro), junto con otras que permiten disponer de forma cómoda, sencilla y rentable de ese ahorro consolidado, una vez alcanzado el momento para su disfrute (fase de disposición del ahorro).
Entre los instrumentos que permiten la cimentación de un ahorro a futuro destacan dos productos esenciales:
Planes individuales de Ahorro Sistemático (PIAS)
Se trata de un producto que favorece la cómoda formación del ahorro mediante aportaciones periódicas y/o extraordinarias, en cualquier momento y con una rentabilidad acorde a la situación del mercado. Este tipo de seguros sería idóneo para perfiles de clientes a partir de los 30 años y hasta los 60-65 años.
Con carácter general destaca la liquidez del producto, ya sea total o parcial, inmediata y habitualmente por el valor del ahorro acumulado, esto es sin penalizaciones, lo cual supone una gran ventaja frente a otros productos de ahorro previsional.
Cuenta además con un importante atributo fiscal, ya que la rentabilidad obtenida a lo largo de la vida del producto queda exenta de tributación si han transcurrido un mínimo de diez años desde la primera aportación y el seguro se rescata para constituir una renta vitalicia.
Planes de previsión asegurados (PPA)
Los PPAs son un instrumento que permite construir a lo largo del tiempo un ahorro cierto y garantizado con el horizonte temporal siempre ubicado en el momento de la jubilación. Se trata de un producto muy interesante con dos elementos diferenciadores:
1. El primero y primordial, que ofrece una garantía de tipo de interés, es decir, una rentabilidad garantizada.Y esto va a permitir conocer desde el día en que se entra en el producto, y para cada nueva aportación o movilización, el capital cierto a vencimiento
2. Y el segundo, que es un seguro que se adecua perfectamente al momento de la jubilación, adaptando el plazo del producto a dicho horizonte, independientemente de la edad al contratar.
Los planes de previsión asegurados se pueden constituir bien vía aportaciones en efectivo o bien mediante movilizaciones de entrada procedentes de planes de pensiones o de otros planes de previsión asegurados. Cada movimiento de entrada cuenta con su propio tipo asegurado y por tanto en todo momento se tendrá la certeza de a cuánto ascenderá la posición consolidada a futuro, al horizonte de lanzamiento del producto.
La cobertura principal del PPA es la jubilación, estando además contemplado el fallecimiento, la invalidez o situación de dependencia y como supuestos excepcionales de liquidez la enfermedad grave, el desempleo de larga duración y el procedimiento de ejecución sobre la vivienda habitual.
Llegado el vencimiento del producto y una vez alcanzada la situación de jubilación se podrá optar por percibir el total del capital garantizado a esa fecha o bien optar por el cobro de dicha cantidad en forma de renta, como complemento de por vida a la pensión procedente de la Seguridad Social.
Es un producto especialmente dirigido a personas a partir de los 35-40 años, con la idea de aprovechar el binomio tipo de interés a largo plazo/seguridad en la garantía. Así pues los PPAs son una elección interesante por su rentabilidad, segura por la garantía que ofrecen, y recomendable por el tratamiento fiscal favorable y la flexibilidad en cuanto a la construcción del ahorro y posterior disposición, una vez alcanzada la jubilación.
