En apenas año y medio se habrán aprobado en España dos reformas del sistema público de pensiones que modifican sustancialmente las condiciones de acceso a la jubilación y la cuantía de las prestaciones. El punto de partida, el verano de 2011, cuando el Gobierno socialista aprobó el retraso en la edad de jubilación, el aumento de los años de cotización necesarios para acceder a la totalidad de la pensión y la ampliación del periodo de cálculo para estimar la cuantía de las prestaciones, cambios que se van implementando progresivamente. Las reformas pasadas y presente: ¿Qué son los cambios paramétricos?
El punto de llegada, la aprobación, prevista para antes de finales de este año, de una reforma que supone aplicar un factor de sostenibilidad que liga las prestaciones a la esperanza de vida y que actualiza anualmente las cuantías en función de otros factores más allá de la inflación. Lo que debes saber sobre el factor de sostenibilidad: pilar básico para la reforma de las pensiones ¿Cómo cambia la forma de actualizar cada año las pensiones tras la reforma?
Los expertos inciden en la necesidad de las reformas para hacer sostenible "un sistema que actualmente no lo es", recordaba Ángel Martínez Aldama, director general de Inverco, pero los ciudadanos no parecen estar de acuerdo. O al menos, de forma unánime.
Según los resultados de la encuesta "Las pensiones y los hábitos del ahorro en España", elaborada por la consultora Ikerfeld para el Instituto BBVA de Pensiones con una muestra de más de 3.000 personas, la reforma del sistema público de pensiones genera división de opiniones. Casi la mitad considera necesarios los cambios: el 29% cree que son bastante necesarios y un 17% los cree muy necesarios. Es decir, un 46% se muestra a favor, o entiende que se produzcan, debido a que son claves para el sostenimiento del sistema.
Sin embargo, un 20% los cree solo "algo" necesarios y tres de cada diez defienden que el sistema no necesita de las reformas. De ese grupo, el 12% dice que los cambios son poco necesarios y el 18% dice que son "nada" necesarios.
En una escala del 1 al 5, los españoles puntúan la necesidad de las reformas en el sistema público de pensiones con un 3,2.
