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¿Nos jubilarán los robots? ¿Pagarán pensiones que duren décadas?

Jose Antonio Herce, Presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones  ofreció la primera EduFin Talks y trajo dos buenas noticias: vivimos mucho más y los robots abren una nueva era productiva. Ambas realidades desencajan nuestro mundo y nos obligan a cambiar más pronto que tarde algunas de nuestras formas de vida.

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¿Nos jubilarán los robots? ¿Pagarán pensiones que duren décadas?

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 El mundo es ya otro y los cambios irán a más.

Los 65 años de los nacidos en 1900 equivalen a los 93 años de hoy, para esas edades sobreviven en ambas poblaciones torno al 20% de los nacidos. Cada 24 horas la esperanza de vida aumenta en 5 horas desde hace más de un siglo. Este fenómeno que es global probablemente sea más agudo en España que en otros países, de hecho la longevidad española está en el pódium mundial y también la percepción de a partir de que edad podemos hablar de gente mayor redunda en el fin de la vejez prematura.

 

Cada vez es menos extraño que en los medios aparezcan noticias protagonizadas por octogenarios o nonagenarios que actúan como si tuviesen la mitad de su edad o menos, cada vez será más frecuente y nos sorprenderá menos y desde luego casi nada si lo comparamos con los ancianos de 40 años que aparecen en las novelas del siglo XVIII y XIX.

Y mientras, los jóvenes no tienen hijos…

Contaba Herce en su inspiradora charla que el retraso (o incluso la renuncia) a la hora de tener descendencia es una reacción lógica por parte de los jóvenes, ya que descuentan que van a vivir mucho más y no tienen prisa por casi nada, tampoco por ser padres, algo que además tienen complicado, ya que; o bien carecen de ingresos suficientes debido a la precarización de los salarios; o si están en una carrera profesional exigente no tienen tiempo para criarlos.

La provocadora tesis de Herce es que las ganancias de productividad están yendo casi directamente al aumento de la esperanza de vida, un incremento que se traduce en una larga vida ociosa como no se había conocido, pero en la que se desperdicia una enorme cantidad y calidad de capital humano de los mayores que en demasiados casos es sinónimo  de sedentarismo y tedio.

 

Herce sugiere que sean los jóvenes los que tengan ocio: viajen, se formen, se diviertan y acumulen capital humano mientras que los mayores deben ofrecer su experiencia por más tiempo, su conocimiento con solera es un valor insustituible y que requiere un larguísimo periodo de cultivo que es irresponsable, ineficiente e injusto tirar por la borda como si fuese la botella de champagne en la botadura de un barco. Si se deberá percibir una remuneración menor por esas actividades es otro debate, pero jubilaciones que duren 30 años son un lujo, que frente al tópico, conducen a más precariedad y no a menos, ya que la tarta de producción no es única y todos podemos y deberíamos sumar.

¿Pero los robots pagarán las pensiones y nos quitarán el trabajo?

No. Los robots tienen más fácil aún cambiar de frontera que las personas o incluso los capitales, la mayoría tienen la forma de software. No parece sencillo que los dueños de la innovación se dejen atrapar fácilmente como los grandes pagadores para mantener modelos de vida del siglo XX.

Herce señaló que en estos momentos vemos la punta del iceberg, y que además no es lo más bonito que se puede mostrar, de los trabajos que trae consigo la digitalización, comparaba esta revolución con la industrial y las penurias de los mensajeros en bici con las de los sufridos personajes de novela de Dickens. Las maquinas sustituyeron las tareas más penosas de los hombres. Es razonable creer que volverán a hacerlo, abriendo nuevas oportunidades como hacer esos prodigios que aligeren las condiciones de trabajo.

Un mundo en cambio (a mejor) que se resiste

Con los tipos de interés casi a 0 la tentación de endeudarse y hacer como que no pasa nada es enorme, pero no parece probable que los más jóvenes acepten demasiado tiempo una situación injusta para ellos, y ya hay movimientos como los FIRE que ahorran tanto como pueden antes de los 40 para no depender de ningún empleador o acreedor en el resto de su vida. ¿Quieres saber si puedes ser un FIRE? Haz aquí tus cálculos.

En definitiva, toca equilibrar la balanza entre el presente y el futuro, vivir solo en el hoy puede ser poco satisfactorio y prometedor para jóvenes y mayores, la sociedad de longevos y robots requerirá que los mayores sean productivos y se sientan y sean útiles durante más tiempo y que los jóvenes tengan incentivos para desarrollar sus vidas, tener hijos y afrontar el futuro con esperanza.

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Comentarios

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VICENTE JORGE 14 de abril de 2019 | 11:32
Si los robots cada vez producen más, y los ciudadanos no disponemos de dinero suficiente para comprar los productos que se fabrican masiva-mente, ¿qué van a hacer las grandes multinacionales o empresas con los productos fabricados? ¿Se dedicarán a almacenarlos hasta que queden obsoletos?
Instituto BBVA de PENSIONES 21 de abril de 2019 | 11:54

Estimado Vicente Jorge,

Muchas gracias por su reflexión.

Agradecemos su interés en BBVA Mi jubilación