Para tener el mismo nivel de vida en la jubilación que las generaciones anteriores, tendremos que trabajar más, ahorrar más o asumir mayores riesgos en las inversiones, dice Belén Alarcón, directora de Asesoramiento Patrimonial de Abante Asesores*, en el marco de la jornada de pensiones "Futuro y nuevas estrategias de gestión para los planes de pensiones y previsión", organizada por iiR en Madrid.
Todo depende de las posibilidades de cada uno. La cuestión es que, si no quieres trabajar más y tampoco quieres o puedes ahorrar más, solo hay una salida: aumentar el riesgo de las inversiones. Eso sí, siempre teniendo en cuenta los límites que estás dispuesto a batir, y en función de la edad: ten en cuenta que cuanto más joven seas, más riesgo podrás asumir, pues habrá tiempo de corregir errores, en caso de producirse.
En cambio, conforme avanza la edad y la cercanía a la jubilación, conviene invertir en productos más conservadores para no correr riesgos cuando lleguemos a la jubilación, y asegurar el capital que hemos ahorrado hasta el momento.
Los enemigos silenciosos del ahorrador
Pero, si estás en el primer caso, quizá es el momento de atreverse un poco más. "El riesgo hoy no es estar en bolsa, sino invertir en productos demasiado conservadores que no permitan batir a los enemigos silenciosos del ahorrador: la inflación y los impuestos", dice la experta.
¿Por qué dice esto? Por varias razones: en primer lugar, la rentabilidad de los productos con menor riesgo es muy baja, y puede ser hasta casi nula. Pero no basta con conformarse sin retornos: hay dos enemigos de nuestros ahorros, la inflación y los impuestos, que restan poder de compra, de forma que si no conseguimos rentabilidades que les superen, seremos más pobres en el futuro.
En este cuadro muestra cómo poner los ahorros bajo la almohada, invertir en letras del Tesoro o en depósitos de forma continuada pueden hacer que en 20 o 30 años nos quedemos igual que estábamos, en el mejor de los casos, o lleguemos a perder hasta un 80% de poder adquisitivo.
La experta dice que, si antes la renta fija era un aliado para el ahorro para la jubilación, quizá ahora hay que plantearse cosas diferentes. Porque, las diferencias entre dejar el dinero debajo de la almohada, ahorrar en depósitos o letras del Tesoro o buscar rentabilidades más atractivas hay un abismo, debido a la fuerza del interés compuesto, que puede hacer que los ahorros se multipliquen por cinco:
Por eso en su opinión, el cliente ha de aprender a convivir con el riesgo y entender que el principal riesgo no es la volatilidad de los mercados sino no jubilarse como quiere. "Ése es el riesgo: que el dinero valga menos cuando te jubiles". Por eso defiende que las entidades financieras vayan de la mano y ayuden al cliente a que entienda que, con la ayuda de los mercados financieros, pueden lograr una mejor jubilación y tener un mejor nivel de rentas.
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