El III Encuentro sobre Economía Laboral organizado por el Colegio General de Economistas ha versado sobre el presente y el futuro de las pensiones en España y ha acogido un debate sobre propuestas de mejora del sistema de pensiones.
El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, se muestra partidario de desarrollar medidas que incentiven el ahorro individual como fuente complementaria a los ingresos que provee la pensión pública, una vía que "puede ser parte de una solución alternativa o complementaria a la presión fiscal que soporta el elevado gasto en pensiones".
Roberto Pereira, presidente de Economistas Asesores Laborales (EAL), remarca el importante reto demográfico al que se enfrenta el sistema de pensiones, propiciado por una generación muy numerosa, la del baby boom, nacidos en los años 60 y que comenzarán a jubilarse en menos de una década, y que no ha encontrado un relevo proporcional en las siguientes generaciones, notablemente menos numerosas. Esto genera, en un sistema de reparto como el español, un desajuste distributivo, algo que puede poner en riesgo el modelo actual de prestaciones.
Revalorizar las pensiones en línea con el IPC
Por su parte, Valeriano Gómez, ex Ministro de trabajo y Seguridad Social, recordó que el actual sistema de pensiones de reparto se adoptó en España a finales de los años 60, modelo que ya existía en otros países de la Europa continental, siendo en sus inicios excedentario, dada la esperanza de vida y estructura poblacional de la época, pero que se enfrenta actualmente a circunstancias muy diferentes que han empujado los gastos por encima de los ingresos. Para hacer frente a esto, Gómez es partidario de incrementar el gasto público y revalorizar las pensiones de forma referenciada al IPC para asegurar el poder adquisitivo actual y futuro de los pensionistas, afirmando que España puede perfectamente permitirse este modo de revalorización y que en todos los países del ámbito europeo, salvo en Irlanda, se vincula la revalorización de las pensiones al IPC.
Por último, Gómez ha mostrado su rechazo a las fórmulas introducidas por la reforma de 2013, el Índice de Revalorización de las Pensiones y el Factor de Sostenibilidad, afirmando que el IPR es una fórmula que condena durante décadas a una revalorización mínima y que el FS no debería contemplar solo la cuantía de la pensión, sino modificar también otras variables relacionadas con la esperanza de vida, como la edad de jubilación.
Doménech: “No hay debate entre sostenibilidad y suficiencia. La primera es esencial para lograr la segunda”
Rafael Doménech, responsable de análisis macroeconómico de BBVA Research, defiende la necesidad de que las cuentas de la Seguridad Social recobren el equilibrio que garantice la sostenibilidad de las prestaciones y aseguren también el equilibrio entre generaciones y segmentos de la población, ya que no se puede cargar todo el peso a una misma generación.
Doménech destaca dos retos:
- La longevidad: la gente cada vez vive más. La esperanza de vida a los 65 años aumenta 16 meses cada 10 años.
- En 2023 comienza a jubilarse la generación del baby boom, una cohorte numerosa y que causará, en media, una pensión elevada.
Esto hará que la tasa de dependencia (porcentaje de personas mayores de 65 años en relación a porcentaje de población en edad de trabajar, más que se duplicará.
Doménech apuesta por una transición paulatina hacia un sistema de reparto basado en cuentas nocionales y con dos tramos: uno compuesto por una pensión mínima universal financiado con impuestos y otro basado en las contribuciones realizadas por el trabajador a lo largo de su vida laboral, que se irían anotando en una cuenta virtual, sin que el mecanismo de reparto y solidaridad intergeneracional se vea afectado.
