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Si los planes de pensiones individuales son adecuados para ahorrar para jubilación, ¿porque reducir el límite de la deducción fiscal de las aportaciones?

Esta controvertida medida del Gobierno, minoritaria en el marco de la Unión Europea, es contradictoria con el objetivo de la UE de impulsar el ahorro voluntario individual para jubilación a través de los Planes de Pensiones Paneuropeos (PEPP), que los paises miembros deben trasponer a sus ordenamientos jurídicos no más tarde de junio de 2022.

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Si los planes de pensiones individuales son adecuados para ahorrar para jubilación, ¿porque reducir el límite de la deducción fiscal de las aportaciones?

@mayofi - www.unsplash.com

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Disminuye el límite de aportación y reducción de 2.000 a 1.500 euros

La Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022 (artículo 59) ha vuelto a bajar los límites de deducción en la base imponible del IRPF de las aportaciones a planes de pensiones individuales y  otros instrumentos de previsión social individual, como los planes de previsión asegurados-PPA.

Como nuevo límite máximo conjunto para las aportaciones o contribuciones a sistemas de previsión social (individual y empresarial), se aplicará la menor de las cantidades siguientes:

  • a.  El 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente en el ejercicio.
  • b.  1.500 euros anuales (con anterioridad el límite era 2.000 euros).

Se traslada, en cierta manera, el beneficio fiscal de los planes de pensiones individuales a los planes de pensiones de empleo:

Ese límite conjunto de 1.500 euros podrá incrementarse en hasta otros 8.500 euros adicionales, siempre que tal incremento provenga de contribuciones empresariales o de aportaciones del trabajador al mismo instrumento de previsión social empresarial por importe igual o inferior a la respectiva contribución del empleador.

¿En qué razones se justifica esta disminución de limites en los planes de pensiones individuales?

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (MISSM) ha apuntado que los planes individuales son regresivos, es decir, que a igualdad de aportación hay mayor beneficio económico por la deducción fiscal cuanto mayor sea el nivel de renta, por la progresividad de la escala de gravamen del IRPF.

Además, según el MISSM los planes individuales “son caros”, es decir, sus comisiones de gestión son elevadas comparando con el sistema de empleo.

Por esos motivos, el Gobierno ha decidido hacer “un traspaso de las ventajas fiscales de los planes individuales a los de empleo”. Ese “traspaso” se hace sin garantizar el acceso a la previsión empresarial de todos los trabajadores españoles que lo deseen, especialmente los de pequeñas empresas. Por lo tanto, no se garantiza que todos puedan llegar a utilizar esos incentivos fiscales, como si ocurre en la previsión social individual.

No existe tal regresividad fiscal

No existe tal regresividad en los planes de pensiones individuales, porque no existe una ventaja fiscal. Lo que se produce es diferimiento del impuesto (IRPF) al futuro, al momento de la prestación: los partícipes reducen en IRPF las aportaciones presentes realizadas a cambio de tributar íntegramente al rescate, es decir, en el momento de cobro de la prestación.

Normalmente no existe mejor tratamiento para rentas altas que para bajas y medias

Se argumenta en ocasiones que existe un menor impacto fiscal, y por lo tanto una regresividad impositiva, para personas que tienen ingresos altos durante su vida activa, por el hecho de que sus ingresos y su presión fiscal habitualmente caen durante su jubilación.

Esa afirmación, sería cierta en bastantes casos si habitualmente se cobrasen las prestaciones en forma de renta.

En cambio, más de un 70% de beneficiarios de planes de pensiones solicitan el cobro en forma de capital (casi 51,7% en forma de capital único y 25,3% mixto renta/capital y disposiciones no regulares -datos de la DGSFP 2019-). Cobrar en forma de capital producirá, dependiendo del importe de esos derechos consolidados rescatados, un incremento significativo de su base imponible en el año de cobro del capital del plan de pensiones. Por lo tanto, esa afirmación de existir un mejor tratamiento para rentas altas no es un hecho que se esté produciendo con carácter generalizado.

Tampoco en el caso de las ya lejanas aportaciones realizadas con anterioridad a 2007, que se benefician del 40% de reducción si se cobran en forma de capital, que tienen un simple efecto atenuador.

Una parte importante de los beneficiados por la fiscalidad de los planes individuales son contribuyentes con rentas medias y medias-bajas, y no las personas de rentas altas como se ha argumentado en ocasiones para justificar su eliminación. Según datos de la Agencia Tributaria de 2017, el 51,3% de los aportantes a Planes de Pensiones ganaban menos de 30.000 euros y el 72% ganaban menos de 42.000 euros.

¿Por qué debería recuperarse la fiscalidad de los planes de pensiones individuales?

Estos serían, en nuestra opinión, algunos argumentos:

  • 1. Los incentivos fiscales sobre las aportaciones son una medida necesaria, pero no suficiente por si sola: no debería culpársele de que el ahorro no se haya desarrollado
    El Gobierno considera que los incentivos fiscales sobre las aportaciones a planes individuales no han logrado los objetivos buscados de ahorro captado. Es normal que no lo consiga porque, aunque es una medida muy necesaria, no es suficiente por si sola. Debería ir acompañada de otras medidas para desarrollar una cultura del ahorro y la planificación.

    El diferimiento fiscal facilita el ahorro a largo plazo, especialmente cuando una sociedad no tiene ni información para tomar decisiones previsionales, ni cultura financiera ni sensibilización con el ahorro. Los ciudadanos no disponen de información adecuada sobre las expectativas de pensión pública que le podrías corresponder  (no reciben su “carta naranja” con las expectativas de pensión al jubilarse, y el acceso al Simulador de Tu Seguridad Social es minoritario). Sin información ni sensibilización es difícil inculcar los hábitos de ahorro, planificación financiera y compromiso de cada ciudadano con su futuro.
  • 2. El esquema fiscal de los planes de pensiones que opera en España, mayoritario en Europa, da una respuesta eficiente al sesgo del presente
    Muchos paises de Europa y de la OCDE tienen el mismo modelo fiscal para los planes de pensiones que el que tiene en España: el “EET (Exempt -Exempt -Taxable)”. Es decir, aportaciones exentas o deducibles, rendimientos exentos hasta el momento del rescate, y prestaciones sujetas. En la mayoría de paises de la UE estos instrumentos tienen un mejor tratamiento fiscal que en España, en cuanto a un límite de aportaciones deducibles o exentas significativamente mayor.

    Los modelos de gravamen fiscal EET funcionan, entre otras razones, gracias al sesgo del presente. Este sesgo, estudiado por la Economía del Comportamiento, condiciona nuestro comportamiento hacia el consumo y el ahorro. Nos afecta prácticamente a todas las personas.

    El sesgo del presente determina que las personas prefiramos la gratificación presente a la satisfacción futura.

    Aplicado a la forma de como canalizar nuestro ahorro a largo plazo, muchos preferiremos aportar a instrumentos como planes de pensiones que nos permitirán deducirnos las aportaciones realizadas en el ejercicio presente y bajar nuestra factura fiscal de hoy ( además de que no renunciamos a ese dinero, es nuestro y esta “guardado” en un fondo, que es ilíquido, pero nuestro), antes que ahorrar para nuestra jubilación en otros productos financieros que,  pese a tener en el momento del rescate un mejor tratamiento fiscal que los planes de pensiones,  no se benefician en el presente de la deducción de las aportaciones realizadas a los mismos.
  • 3. El impulso de la previsión empresarial no debería hacerse a costa penalizar la previsión social individual: sobre todo, mientras no esté garantizado el acceso de todos los trabajadores españoles a la previsión empresarial
    Aunque el Gobierno ponga el foco en impulsar la previsión social empresarial, la misma por si sola difícilmente podrá conseguir en el futuro, sin el complemento del ahorro voluntario individual (3º Pilar), cumplimentar adecuadamente la pensión publica hasta los niveles de tasa de sustitución objetivo respecto al último salario.

    Tampoco hay mucho espacio para el ahorro complementario individual a través de aportaciones a los planes de empleo, ya que el nuevo redactado de la LPGE condiciona a que las aportaciones de el empleado sean iguales o menores que las del empleador.
  • 4. Las comisiones cobradas de gestión y depósito de los planes de pensiones individuales han sufrido un importante ajuste en los últimos 10 años, colocándose en la línea de otros paises de nuestro entorno.
  • 5. Los Fondos de pensiones no son únicamente instrumentos de canalización del ahorro: son grandes inversores, generadores de riqueza y empleo
    Desarrollar el mercado nacional de fondos de pensiones supondría la creación de un potente pulmón inversor en España y, por lo tanto, generaría crecimiento, empleo y riqueza para la economía española, tal y como se ha demostrado en otros paises de la OCDE.

    Los fondos de pensiones son inversores destacados en deuda pública nacional, en infraestructuras y obra civil, en proyectos empresariales nacionales, capital riesgo, etc. Así se ha demostrado en los 7 principales mercados de Pensiones del mundo, en la mayoría de los cuales sus activos por pensiones representan más del 100% de su PIB: Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, Australia, Canadá, Japón y Suiza.

    Nuestro mercado de pensiones privadas es muy pequeño (en total 144.000 millones de activos bajo gestión, frente a los 3,2 billones del mercado británico, es decir más de 30 veces del tamaño de nuestro mercado).

    Es necesario potenciar el mercado español de fondos de pensiones para conseguir ese objetivo de ser un motor de nuestra economía. Mantener la fiscalidad de los planes de Pensiones junto con otras medidas necesarias de apoyo al ahorro, incrementarían el patrimonio de los fondos y, por lo tanto, la inversión en nuestro país.

¿Cuál podría ser un modelo adecuado en cuanto a los límites de reducción para las aportaciones a sistemas de previsión social?

Un sistema equitativo para todos los contribuyentes debería ser un sistema que, como anteriormente a 2021, estableciese límites conjuntos comunes para la previsión social empresarial y la previsión social individual, iguales para todas las personas. Y que estos conjuntos límites fuesen suficientes: al menos 10.000 euros de límite conjunto.

Los límites totales comunes para todos los instrumentos de previsión social producirían igualdad REAL de límites para todos los trabajadores y equidad de trato para todos, independientemente de que los trabajadores lo fueran por cuenta ajena, y dentro de esos tanto trabajadores de pymes como de grandes empresas, o fueran autónomos.

Esa medida evitaría hacer depender la igualdad de trato, por ejemplo, en el caso de trabajadores de microempresas (más del 50% del empleo en España), a que bien su empleador se adhiriese voluntariamente o bien la negociación colectiva sectorial promoviese planes de empleo que sean de adscripción obligatoria para microempresas.

Solucionada parcialmente (*) la discriminación de trato para los autónomos  al introducir el futuro Anteproyecto de Ley de Fondos de Promoción Pública y Planes de Empleo simplificados (PPES) la posibilidad de aportar a los PPES y deducirse hasta 4.250 euros ( lo que unido al límite de 1.500 euros en planes individuales haría un límite total para autónomos de 5.750), la discriminación principal afectaría a los trabajadores de las microempresas, ya que no esta garantizada por ley su participación en planes de empleo, y de facto muchos pueden quedarse fuera del sistema de pensiones de empleo y tan solo con la opción de aportar a planes individuales hasta 1.500 euros.

(*) parcialmente, ya que su límite en pensiones de empleo alcanza únicamente el 50% del límite en 8.500 para trabajadores por cuenta ajena.

Antes que eliminarlas, se deben buscar soluciones innovadoras y que mejoren la eficacia de las deducciones por aportaciones a planes de pensiones

Para mejorar los resultados, sobre el ahorro de los españoles, de la deducción a planes de pensiones individuales, una solución sería un replanteamiento de la actual fiscalidad de los planes de pensiones individuales, en lugar de eliminarla o minimizarla.

 
Por ejemplo, destinando la deducción a la que tenga derecho el participe, por sus contribuciones, como más aportación al Plan de Pensiones en lugar de devolvérsela en dinero líquido en cuenta corriente. Asimismo, es posible que se deban premiar las conductas de ahorro periódico recurrente (mensual, trimestral, anual…) frente a las de aportaciones extraordinarias sin periodicidad.

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