La población española es pesimista con respecto a la situación futura de las prestaciones públicas y se pone en el peor de los escenarios. La gran mayoría piensa que los cambios de las reformas conducirán a trabajar más tiempo y a cotizar más para cobrar una prestación menor. Y además más incierta, pues no se actualizará según la inflación y se vinculará a más factores que antes. Los españoles, pesimistas con las consecuencias de las reformas de las pensiones
Y, además de considerar que la situación empeorará y que la prestación por jubilación disminuirá en los años venideros, son pesimistas con respecto a los resultados de las reformas en el sistema. Según las conclusiones de la encuesta "Las pensiones y los hábitos del ahorro en España", elaborada por la consultora Ikerfeld para el Instituto BBVA de Pensiones, la población es mayoritariamente pesimista con respecto a la capacidad de las medidas que se van a adoptar como consecuencia de la reforma de las pensiones para alcanzar el objetivo de incrementar la solidez del sistema público de pensiones.
En concreto, el 66% de los españoles, dos tercios del total, no creen que las medidas ayuden a reforzar el sistema y lo hagan más sostenible. Solo un 26% defiende que los cambios sí ayudarán a la sostenibilidad del mismo.
Éste es uno de los asuntos de división en el debate sobre la reforma de las pensiones: mientras algunos expertos defienden que las medidas introducidas ayudarán a corregir los desequilibrios y ayudarán a la supervivencia del sistema, otros critican que las medidas no son suficientes, o no están bien orientadas, y no garantizan la viabilidad del sistema a largo plazo. La reforma de las pensiones mejorará la sostenibilidad del sistema pero será insuficiente para su supervivencia, según un estudio de la Fundación Edad&Vida