Según todos los indicadores anuncian, España será el país del mundo con mayor esperanza de vida en 2040. Siendo esto como es, una buena noticia, también es un reto para el que debemos encontrar soluciones que reduzcan entre otras cosas, la presión supone los cuidaos de larga duración a los sistemas sanitarios y sociales.
Sabiendo como también sabemos que el cuidado en el hogar es menos costoso que la opción de recibir esta atención en una residencia tradicional, los avances tecnológicos pueden ser un extraordinario aliado para conseguir encarar esta novedosa situación.
A pesar de esta oportunidad que nos ofrece la tecnología hay otros datos que conviene conocer: familias monoparentales en aumento, bajos índices de natalidad, mujeres incorporadas de puesto de trabajo, de alta volatilidad y con menor salarios que antaño. Esto dibuja un panorama que puede también verse como una oportunidad empresarial.
La industria tecnológica de cuidado a la dependencia, mediante el desarrollo de soluciones inteligentes puede ayudar a estas personas mayores a vivir solos en su propio hogar el mayor tiempo posible, siendo cuidados por otros o por ellos mismos.
Los sistemas de teleasistencia utilizan nuevas tecnologías para estar conectados a un sistema remoto que les ofrezca seguridad, a ellos mismos y la familia. Así como compañía. En España el botón de la telellamada ya es un recurso muy demandado por las personas adultas mayores.
Aplicaciones móviles de estimulación cognitiva para personas en distintas fases de la enfermedad. Se encuentran en versiones de pago o gratuitas. También existe la opción presencial en la que el centro ofrece esta serie de prácticas tan exitosas.
Sistemas de telesalud, a través de videollamadas o de audio donde conocer de primera mano la opinión médica, cuando aparecen enfermedades como la hipertensión, diabetes u otras.
Aparatos de control de síntomas de una enfermedad o de datos, como el peso o el índice de masa corporal.
Dispositivos de videovigilancia para prevenir situaciones desagradables como robos, accidentes domésticos como caídas, escapadas de gas o algún incendio, o también desgraciadamente casos de maltrato en el domicilio.
La tecnología de asistencia puede ayudarle a vivir con mayor libertad e independencia, pero no debe ser un reemplazo para desestima el contacto y el apoyo que los humanos pueden ofrecernos. No prescinda del contacto humano porque todavía los robots no pueden garantizarnos un beso o un abrazo como el que nos daría una madre o un hijo, pero también a través de un mensaje de tranquilidad o asesoramiento.