Por eso, año tras año, los neurólogos insisten en que la lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, puesto que se ha demostrado que estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales. Es más, desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) se recuerda la importancia de fomentar la lectura y convertirla en hábito en la sociedad.
Y es que mientras leemos, obligamos a nuestro cerebro a pensar, lo que permite mejorar nuestra capacidad intelectual estimulando nuestras neuronas. Asimismo, la lectura genera temas de conversación, facilitando la interacción y las relaciones sociales, otro aspecto de igual importancia, o quizá más importante, para mantener nuestro cerebro ejercitado. Además, es una fuente de cultura y sabiduría.
Más beneficios. Leer, sobre todo relatos de ficción, puede ayudar a reducir el nivel de estrés, que es origen o factor de empeoramiento de muchas dolencias neurológicas como cefaleas, epilepsias o trastornos del sueño. Igualmente, leer un poco antes de irnos a la cama, puede ayudar a desarrollar buenas rutinas de higiene de sueño, sobre todo si acostumbramos a nuestro cerebro a relacionar esta actividad con la hora de dormir.
En los mayores, a pesar de que su actividad sea más reducida, la lectura diaria es un estímulo más para su cerebro. Al mismo tiempo, leer libros a los nietos e inculcarles el hábito de lectura es una de las experiencias más gratificantes.
Pero además, en los últimos años, han sido muchos los estudios que han relacionado el nivel de lectura y escritura con un aumento de la reserva cognitiva, un factor que protege de los síntomas clínicos de las enfermedades neurodegenerativas. En este sentido, se ha comprobado que cuanto mayor reserva cognitiva posee un individuo, mayor capacidad tiene su cerebro para compensar el daño cerebral generado por ciertas patologías.
Por eso, recuerda, el cerebro es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano y para que goce de buena salud es fundamental que lo mantengamos activo. Sin embargo, no siempre lo hacemos. Además, existe otro problema: personas que dejan de leer porque pierden capacidad visual. En esos casos, los expertos animan a estas personas a participar en grupos de lectura.
