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¿Quiénes son las personas cuidadoras no profesionales en España?

Las personas cuidadoras no profesionales suelen ser mujeres de mediana edad, generalmente la pareja o hija, con estudios básicos, y dedicada fundamentalmente a las labores del hogar.

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¿Quiénes son las personas cuidadoras no profesionales en España?

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Como ya se ha comentado en otros posts anteriores, la atención informal (fundamentalmente familiar) prestada a personas en situación de dependencia supone un pilar fundamental dentro de los sistemas de Cuidados de Larga Duración en Europa, y, muy especialmente, en algunos países, como España. Por tanto, no es de extrañar que más del 85% de la población dependiente en España reciba atención familiar para satisfacer la demanda de cuidados personales para el desarrollo de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. Este hecho ha supuesto que los cuidados informales se hayan convertido en un tema de especial relevancia, especialmente, desde el punto de vista social. Es por ello, que este post tendrá como principal objetivo mostrar al lector quiénes son estos cuidadores, cuál es su perfil y qué papel desempeñan.

Un primer aspecto a reseñar es conocer la cifra sobre cuántos cuidadores informales hay en España, si bien es cierto que cabe mencionar lo extremadamente complicado que es tener información sobre esta y otras cuestiones en el campo de los cuidados de larga duración, resultando haber cierta heterogeneidad en las cifras que se estiman. Pues bien, según la encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Dependencia que realiza el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2008 había un total de 1.326.270 cuidadores no profesionales, lo que representaría un 2,87% del total de la población española para ese mismo año. No obstante, el lector habrá podido observar que estas cifras corresponden a un periodo de 12 años atrás. Si bien es cierto que se trata de los últimos datos disponibles sobre las personas en situación de dependencia y sus cuidadores en España, para poder obtener cifras más actualizadas tenemos que acudir a encuestas internacionales, tales como la Encuesta europea sobre calidad de vida1 . Según dicha encuesta, se estima que en España habría un total de 6.086.020 cuidadores informales en 2016, lo que correspondería a decir que el 13,11% de la población española es cuidador no profesional.

Atendiendo al género del cuidador, es importante señalar que el papel de la mujer en este campo es predominante, donde más de las dos terceras partes de las personas cuidadoras no profesionales identificadas son mujeres. La edad media se acerca a los 50 años, y alrededor del 70% están casadas o en pareja. Sin embargo, una de las características más destacadas de las personas cuidadoras no profesionales es el nivel de educación, ya que más del 70% tan solo tiene estudios primarios o secundarios. En cuanto a situación laboral, señalar que, debido a la dificultad presentada en la conciliación de la vida laboral con las tareas del cuidado, el 36% de los cuidadores se dedican a las labores del hogar como principal actividad: de hecho, más del 20% de las personas cuidadoras no profesionales activos laboralmente sostiene que es “difícil o muy difícil” combinar su vida laboral con las tareas de cuidado. Finalmente, en cuanto al parentesco, cabe señalar que más del 53% de los cuidadores son el cónyuge o la pareja de la persona que recibe los cuidados, y en torno al 32% el hijo/a.

Otro aspecto a tener en cuenta es el papel que desempeñan estas personas cuidadoras informales, ya que dentro del entorno familiar-social puede haber más de una persona (una, dos o incluso más) que presten cuidados personales a la persona enferma. Así, tendríamos el cuidador principal y el cuidador/es secundario/s. El cuidador principal es aquel que asume las tareas de cuidados básicas y es considerado por el resto de miembros de la familia como la persona responsable de asumir el cuidado de la persona enferma, ya que es el que más tiempo, carga e intensidad dedica al cuidado de dicha persona. Por su parte, solo y exclusivamente en aquellos casos donde haya más de una persona que preste cuidados personales, habrá un (o varios) cuidador(es) secundario(s), cuya principal función es proveer apoyo y complementariedad al cuidado prestado por el cuidador principal.

En cuanto a las actividades que realizan, señalar que estas dependen fundamentalmente del grado de discapacidad que tenga la persona cuidada, predominando las Actividades Básicas de la Vida Diaria, tales como ayuda a comer, vestirse, asearse, moverse, cambiar los pañales, acostarse y levantarse, bañarse y utilizar el bajo, cuando el grado de discapacidad es elevado, y Actividades Instrumentales de la Vida Diaria, tales como preparar comidas, hacer la compra, tomar la medicación, salir a la calle e ir al médico, cuando el grado de discapacidad es menos acentuado. En este sentido, cabe señalar que más del 39% de los cuidadores informales, prestan atención personal a dependientes severos o grandes dependientes.

En definitiva, el perfil de las personas cuidadoras no profesionales es: mujer de mediana edad, generalmente la pareja o hija, con estudios básicos, y dedicada fundamentalmente a las labores del hogar. Sin embargo, se espera que este perfil vaya cambiando por la progresiva transformación que la sociedad está experimentando. Por un lado, por la incorporación creciente de la mujer al mundo laboral; por otro lado, por el descenso de natalidad, la transformación del diseño y composición de la estructura de las familias junto al cambio en las relaciones intrafamiliares, lo que en su conjunto implicará que cada vez más los cuidadores se vean obligados a compatibilizar el desempeño de una profesión con el cuidado del familiar, junto a la necesidad de que se incorporen más cuidadores de género masculino y de una edad cada vez más avanzada.

1Nótese que la encuesta Europea de Calidad de Vida no es una encuesta diseñada exclusivamente para analizar los cuidados personales de las personas en situación de dependencia, pero sí incluye información actualizada y representativa sobre el tema. Dicha encuesta es llevada a cabo por el Eurofound entre septiembre de 2016 y marzo de 2017 y contiene 36.908 entrevistas, aportando información sociodemográfica y condiciones de vida, de salud, uso de recursos sanitarios y cuidados personales.

(*) Juan Oliva, Luz Mª Peña Longobardo y Raúl de Pozo Rubio son profesores del Departamento de Análisis Económico y Finanzas de la Universidad de Castilla La Mancha. Su actividad científica está centrada en la economía y gestión de la salud, con especial interés en el impacto económico de las enfermedades, el uso de la evaluación económica aplicada a la toma de decisiones Y el análisis de los cuidados de larga duración.

(**) Exención de responsabilidad por opiniones de terceros Las opiniones y pareceres firmados por personas independientes dentro de este site se realizan a título personal, sin que BBVA ni cualquiera de las empresas del Grupo tengan que compartir necesariamente la totalidad o parte de las mismas. 

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