La psicología del comportamiento financiero (Behavioural Finance) es un campo de estudio que examina cómo pueden influir en el proceso decisor de los inversores las emociones y los errores cognitivos.
Muchos ahorradores e inversores basan sus decisiones en la percepción que tienen sobre el potencial inmediato de determinados activos derivados de pronósticos o noticias que les van llegando. Esta información en muchas ocasiones distrae al inversor de lo que debería ser su razón principal de la inversión: los indicadores fundamentales de la misma, es decir, el balance, cuenta de resultados de la empresa, proyectos futuros, entorno de mercado y regulatorio, etc.
Así, las personas acaban influidas por impulsos irracionales, alimentados por la propia psicología del ser humano. Si nos dejamos llevar por ellos, podemos cometer errores y perder oportunidades de inversión.
Algunos comportamientos irracionales
- Anclaje: Confiar demasiado en un dato o noticia específicos a la hora de tomar decisiones
- Sesgo de confirmación: prestar atención únicamente a la info que respalda nuestra opinión e ignorar puntos de vista que se oponen a la misma
- Exceso de optimismo: Confiar demasiado en nuestros comportamientos o habilidades, con frecuencia debido a un sesgo retrospectivo, es decir el clásico “ya te lo dije yo…”
- Gregarismo o seguimiento de la manada: tendencia a seguir el comportamiento de la mayor parte de la comunidad inversora.
Estas pautas de comportamiento pueden provocar burbujas y desplomes en cualquier tipo de mercado, y no solamente en el bursátil, ya que esto mismo también lo hemos vivido con el mercado inmobiliario en España.
Aprender a identificar estos comportamientos es más que útil para después aplicarlos a nuestro comportamiento y toma de decisiones en el ahorro para la jubilación.