En verano a todos nos gusta lucir bronceado. Parece que hasta la ropa de siempre nos queda mejor y, en general, el espejo nos quiere más. Además, tomar el sol también es sano, ya que ayuda a nuestro organismo a generar vitamina D de forma natural, lo que mejora la salud de los huesos. Sin embargo, tomar demasiado el sol daña el colágeno de la piel y favorece la aparición de manchas y arrugas prematuras.
Para que broncearnos sea realmente beneficioso para nuestra salud, debemos protegernos la piel correctamente y no exponernos a las horas en las que el astro es más perjudicial (entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde). Lo ideal es tomar el sol con moderación y broncearnos de manera progresiva.
Y recuerda proteger también tu piel por dentro con una hidratación y alimentación adecuadas:
- Bebe, al menos, dos litros de agua para que la piel se mantenga hidratada y que no se pele o seque. Los zumos y batidos de frutas y verduras también cumplirán esta función y, al mismo tiempo, aportarán interesantes nutrientes a tu organismo.
- Toma alimentos ricos en betacarotenos, que favorecen la producción de melanina y ayudan a potenciar la pigmentación. Los encontramos en frutas y verduras que se caracterizan por su color rojo, amarillo o naranja. Además de la tradicional zanahoria, come melocotones, albaricoques, arándanos, fresas, calabaza, tomate, sandía, pimientos, cerezas, mango, papaya, etc.
- Y no te olvides de las frutas y verduras en general, ricas en vitaminas y antioxidantes, que ayudarán a que tu piel no envejezca de manera prematura. Espinacas, acelgas, brécol, rúcula, coles, lechuga… resultan sanas y muy refrescantes para el verano. En ensalada están riquísimas y crudas conservan mejor sus propiedades que cocidas.
- Si sueles tomar el sol, aumenta el consumo de vitamina C, porque es un potente antioxidante que protege las células de los daños causados por los rayos UV y ayuda a regenerar el colágeno. Limones, naranjas, frutas rojas, kiwis o pimientos son ricos en esta vitamina.
- Los alimentos ricos en vitamina E, como el aceite de oliva, aguacate, yema de huevo, avellanas y pipas de girasol, destacan también por su acción antioxidante y cicatrizante.
- Toma tirosina, un aminoácido que se obtiene de los alimentos ricos en proteínas y que contribuye a la formación de la melanina. Por ejemplo: pipas de girasol, guisantes, soja, semillas de calabaza, etc.
- Los alimentos que contienen Omega 3 también son muy beneficiosos para mantener la piel bronceada y sana, ya que combaten la sequedad, deshidratación y aportan elasticidad. Por tanto, incluye en tu dieta pescado azul, marisco y frutos secos. Estos alimentos, además de ayudar a tener un bronceado más sano, permitirán que también sea más duradero.
